Kevin Spacey
Jeff Bridges
Alfre Woodard
Mary McCormack
Reseña
No recuerdo cuando fue la primera vez que vi esta película, pero ha sido una de mis favoritas por muchos años.
Me encanta cómo se presentan los resultados que generan las personas que viven y piensan distinto.
Están los que obtienen esperanza en que todo puede cambiar a través de este nuevo panorama en sus vidas, y también están los que sienten una amenaza por lo mismo, porque todo en el panorama de sus vidas puede cambiar.
La irreverencia suele asustar cuando se le menciona, pero yo soy fan de ella, claro, hay que saber relacionarse con ella, a rienda suelta puede ser desastrosa, pero con un poco de prudencia puede ser una genialidad; y en esta historia me parece que el personaje principal logra ser un digno representante de una irreverencia genial, esa que saca de su zona de confort a todos los que lo rodean, algo que yo valoro mucho, mi personaje favorito en la historia de la humanidad se caracterizaba por hacer eso mismo.
Otro punto que me parece bastante atractivo de esta historia es precisamente el juego que hay entre lo real y lo fantasioso.
No es una película en la que todo lo que veas te parezca irreal, de hecho, la historia se desarrolla en un contexto bastante normal, sin embargo, la esencia de la película sí se basa en cosas que no entrarían en lo que alguien puede catalogar como “algo normal”.
Y esto me encanta porque abundan los momentos en los que se me enchina la piel de pensar que algo así pudiera ocurrir en mi día a día, no parece ser algo tan descabellado.
Los personajes principales son dos:
-Prot, un ser que aparentemente viene del planeta K Pax y está de visita en la Tierra.
Por cuestiones circunstanciales termina en un hospital psiquiátrico, algo que a él no le alarma, después de todo viene en un viaje de exploración y ya.
Ahí Prot conoce al otro protagonista:
-El Dr. Mark Powell, un psiquiatra devoto de su profesión, que se topa con este peculiar caso, el cual lo reta a extender un poco sus límites sobre lo que comprende de este mundo.
Como personajes secundarios, pero con mucha relevancia podemos considerar a Howie y Ernie, un par de pacientes del Dr. Powell con los que Prot entabla una relación más personal.
La historia es muy sencilla pero no por eso se convierte en algo simple y sin sabor.
Prot llega a la tierra, se ve relacionado con un incidente en lo que parece ser una estación de trenes en donde fue visto por primera vez.
Al no contar con documentos y parecer no encontrarse en sus cinco sentidos, la policía opta por llevarlo al hospital psiquiátrico para hacerle algunas pruebas y es ahí donde comienza la aventura de quienes compartirán tiempo y espacio con este peculiar personaje, sobre todo el Dr. Powell.
Misiones secretas para los pacientes, viajes express a lo largo del país, matrimonios en problemas, una visita al planetario de la ciudad y un convivio interrumpido abruptamente son algunas de las situaciones en las que este peculiar personaje se verá envuelto y a través de las que compartirá un poco de su sabiduría con “los humanos”.
Sin entrar en muchos detalles para quienes no han visto está película, les puedo decir que, si son creyentes y se ponen sus anteojos evangelizadores para verla, indudablemente podrán encontrar relación entre Prot, el Dr. Powell, Jesús y ustedes mismos y valdrá por completo cada minuto que le dediquen a ver esta película, pasarán un rato agradable, y sus ganas de creer en lo que sobrepasa nuestro entendimiento se verán bastante nutridas.
¡Alerta de Spoiler!
Ahora sí, entrando a más detalles de la trama.
Como les decía, esta película me encanta porque me identifico muchísimo con los dos personajes principales y creo que tú también podrás hacerlo.
Si nos ponemos en los zapatos del Doctor, Prot sería como una representación de Jesús, y la situación se asemejaría al momento en que él se presenta en nuestras vidas por primera vez.
Es alguien que luce igual a nosotros, pero que no es para nada como nosotros; lo que dice, lo que hace, cómo hace sentir a quienes están cerca de él, todo es distinto, comienza a cambiar la vida de quienes se permiten entablar una relación con él.
Y quizá te pasó lo mismo que al doctor, quizá comenzaste algo escéptico, sabiendo que todo lo que este personaje dice es algo entretenido, pero nada más, no es posible que realmente venga de donde dice que viene y no es posible que pueda hacer todo lo que dice poder hacer.
Pero conforme vas pasando más tiempo con él logras ver cosas que no te dejan seguir pensando igual, te empieza a ser imposible seguir considerando todo esto como un mero disparate; comienzas a dudar de ti más de lo que dudas de él, tu vida comienza a cambiar.
Y al igual que en la película, al final no quedan las cosas muy claras, el misterio no se devela del todo, las circunstancias parecen regresar a la normalidad y tener una explicación lógica, pero, aun así, algo no cuadra del todo; algo cambió para siempre dentro del doctor y dentro de ti.
Quizá la euforia del descubrimiento ha pasado, pero ya no eres el mismo.
Así actúa Dios en nuestra vida, nos deja ver lo suficiente de Él como para deslumbrarnos y cautivarnos, y luego vuelve todo un poco a la normalidad, ya no hay brillos y destellos en todo momento, el misterio ya no es lo prioritario, pero nunca deja de estar presente del todo, es el Dios del claroscuro, que se deja ver lo suficiente para que lo encuentren quienes quieren encontrarlo, pero se oculta lo suficiente como para que no lo vean quienes no quieren verlo.
Y ahora nos ponemos en los zapatos de Prot.
En este caso, nosotros seríamos ese personaje raro, que parece que no es de este mundo, y ¿por qué sería así?
Pues porque hemos encontrado a Cristo, lo hemos hecho parte de nuestra vida y ahora vemos las cosas de forma muy distinta a como las ven quienes son de este mundo, de este planeta.
Ante los demás:
Pareces un loco, muchos piensan que solo dice disparates, pero para algunas personas, aunque también te ven como un loco, lo que dices no solo tiene sentido, sino que tus experiencias y tus palabras le dan sentido a su búsqueda, sin embargo, a la mayoría el miedo o el escepticismo no los deja atreverse a creerte.
Luego tenemos un conflicto que se genera por la presencia de Prot en el mundo.
Este comienza a ayudar a sus compañeros del hospital a sanar, sin muchos rodeos, con acciones sencillas y prácticas, así como sana el evangelio y la fe, no hay mucha ciencia en torno a eso, solamente es cuestión de tener fe, confiar en Dios, y entonces sanará lo que tenga que sanar.
Y cuando aparece alguien así, que trae soluciones tan honestas y a la vez tan radicales como lo es el evangelio, tanto en la película como en la vida real se generan dos tipos de reacciones:
Entre los demás pacientes surge la confianza en lo que se hace, en la película vemos como hasta el paciente más ermitaño se permite entablar una relación con Prot, incluso uno de los enfermeros pone su confianza en él y se apunta en la lista de candidatos para acompañarlo en su regreso a K Pax.
Por otro lado, están los médicos, los directores del hospital, los doctos, los preparados, los “cuerdos”, los que saben.
Ellos desde el inicio rechazan la opción de que lo que esté pasando sea algo real, quieren dopar a Prot y mantenerlo “bajo control” porque se sale de sus estándares de comportamiento.
Incluso vemos cómo en un punto de la película el Dr. Powell se siente amenazado y le dice a Prot:
“No puedes estar diciéndole estas cosas a los demás pacientes, es mi trabajo curarlos, no el tuyo”
Y Prot le responde: “Y si es tu trabajo, ¿por qué no lo has hecho?”
No digo que es nuestra labor sanar a quienes tenemos alrededor, aquí la relación con nuestra vida la veo con la labor de Dios en nosotros; cuando entra en nuestras vidas comienza a sanarnos, comienza a darle sentido a nuestra existencia, resultados que se nos prometen a través de tantas cosas que este mundo nos ofrece, poder, dinero, pornografía, sexo, falsos gurús, sectas, etc.
Todos ellos acaparan nuestra atención y nos mantienen de tal forma que no nos alejemos, nos dan un poquito de lo que nos hace sentir bien, pero no nos resuelven nada de lo que realmente nos daña.
Y cuando Dios aparece en nuestra vida se sienten amenazados, es ahí donde nosotros debemos preguntarnos “Si se supone que a través de todo eso yo debería sentirme mejor, ¿Por qué no me siento mejor? Si ese es su trabajo, ¿Por qué no me han curado de las dolencias que tengo?”
Y la respuesta es sencilla: no lo han hecho porque sólo Dios tiene la capacidad de curarnos realmente.
Como ya les decía, es una película que me gusta mucho, cada vez que la veo me deja sensaciones muy bonitas y con muchas ganas de creer en aquello que sobrepasa mi entendimiento, lo cual pienso que es muy necesario para mantenernos de pie en el camino de la fe.
Y aunque parezca que suscita mucha reflexión, es una película muy ligera, se disfruta muy fácilmente, así es que se las recomiendo para una noche que quieran relajarse a gusto, en casa, que no quieran exponerse a una película con mucha acción, pero tampoco a una tortura emocional de un buen drama.
Bueno, pues me despido por hoy, yo soy Manu Kasten, y espero que disfruten tanto como yo cuando vean esta película.
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¡Que Dios los bendiga!
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