George Clooney
Matt Damon
Bill Murray
John Goodman
Jean Dujardin
Bob Balaban
Hugh Bonneville
Cate Blanchett
Reseña
Disfruto mucho de esta película porque a pesar de que el contexto de la historia es un tema bastante común (abundan películas sobre la Segunda Guerra Mundial), el tema en sí es algo inusual: La importancia del arte en nuestra historia.
A lo largo de esta historia (basada en hechos reales, por cierto), podemos ver cómo un grupo de hombres amantes del arte llevan el compromiso con su pasión hasta el punto de poner en riesgo sus vidas en defensa de eso que tanto aman.
Desde sus distintas realidades, cada uno de estos 7 hombres están dispuestos a asumir un sacrificio que para cualquier otra persona podría ser una mera tontería.
Y la nobleza de la labor de este grupo, que a mi parecer ha sido de gran trascendencia, pudo haber llegado a ser prácticamente imperceptible para muchos de quienes los conocieron.
La historia se desarrolla en torno a un grupo de 8 especialistas en distintas artes.
Entre ellos se encuentran:
-George Stout, personaje interpretado por George Clooney y que está basado en la vida del especialista en conservación del arte del mismo nombre.
-James Rorimer, interpretado por Matt Damond, basado en la vida del director del museo de arte contemporáneo de Nueva York (MET).
-Claire Simone, interpretada por Cate Blanchett e inspirado en la vida de Rose Valland, una historiadora de arte, miembro de la resistencia francesa y capitana del ejército francés.
A ellos los acompañan otros actores que, sin duda, son un deleite verlos en cualquier papel como Bill Murray, John Goodman, Bob Balaban, Jean Dujardin y Hugh Bonneville.
Como ya les comentaba, la película aborda un tema poco común dentro del catálogo de películas bélicas.
Se cuenta la historia de un pelotón extraordinario, formado no por soldados experimentados, sino por expertos en el arte, que tienen como misión recuperar la mayor cantidad de obras de arte que han sido robadas por el ejército nazi y que se encuentran en peligro de ser destruidas tras la inminente derrota del ejército alemán.
Como es de esperarse, no son pocos los militares aliados que ven con malos ojos esta misión, pensando que no tiene sentido darle prioridad a algunas cuantas pinturas o estatuas cuando están en juego las vidas de miles de soldados, y esto provoca que la misión sea todavía más difícil de llevar a cabo de lo que ya se contemplaba.
Con un entrenamiento escueto, poco apoyo de parte de su mismo ejército y el latente riesgo de perder sus vidas, este grupo de hombres se aferra al amor por algo que pocos comprenden para lograr su cometido, aun cuando pocos sean los que sepan valorar su gran esfuerzo.
Sin entrar en muchos detalles, les puedo decir que es una película que de seguro los entretendrá y que, si se mantienen con buena disposición, les aportará una nueva sensibilidad ante cosas que a veces pueden parecernos completamente inútiles o intrascendentes, como el arte.
Además, a través de las siempre buenas actuaciones como la de Bill Murray, Jean Dujardin y John Goodman podremos apreciar la nobleza en el corazón de quienes entregan su vida al arte, un camino poco comprendido pero muy gratificante para quien decide recorrerlo.
¡ALERTA DE SPOILER!
Ok, a partir de aquí ya hablaremos con más detalle sobre la película, así es que, si no has visto la película, ya sabes, mejor vela antes de continuar.
Como ya lo mencionamos, esta es una misión que no fue bien recibida por gran parte del ejercito aliado, sin embargo, los encargados de llevarla a cabo se la tomaron tan en serio como cualquier otra misión que les pudieran haber encomendado.
Ellos, como expertos en el arte, no solo valoran los aspectos técnicos de cada obra que buscan, sino que tienen la capacidad de ver la influencia cultural que estas obras de arte tienen en nuestra sociedad, y pueden prever el daño que se sufriría si no se les diera el cuidado adecuado.
Su preocupación no se basa en los miles o millones de dólares que pudieran valer esas pinturas y esas estatuas, sino en el patrimonio cultural que se perdería para las futuras generaciones.
Y sí, puede parecer una preocupación intrascendente cuando se está en medio de un conflicto en el que han muerto alrededor de 50 millones de personas; pero es, precisamente la falta de sensibilidad ante la humanidad de los demás, lo que nos puede llevar a ser víctimas de un suceso como esta guerra.
Una pintura podrá parecer algo sin mayor importancia, incluso hoy mismo se puede ver, en los museos vaticanos, en el Louvre en París o en el museo Nacional del Prado en Madrid, no importa la relevancia de una obra de arte, parece ser más importante salir de la sala con una “selfie” frente a la obra de moda que realmente apreciar lo que el artista quería transmitir a través de su obra.
Pero no podemos rendirnos ante esta tendencia; si permitimos que el arte se menosprecie a tal grado, estaremos dándole paso a la muerte de uno de los canales de conexión más directos con nuestro lado espiritual.
Les comparto algunas palabras de san Juan Pablo II sobre esta idea del alcance y la labor del arte en nuestra vida espiritual:
“El tema de la belleza es propio de una reflexión sobre el arte… Al notar que lo que había creado era bueno, Dios vio también que era bello. La relación entre bueno y bello suscita sugestivas reflexiones. La belleza es en cierto sentido la expresión visible del bien, así como el bien es la condición metafísica de la belleza”
“En efecto, el arte, incluso más allá de sus expresiones más propiamente religiosas, cuando es auténtico, tiene una íntima afinidad con el mundo de la fe, de modo que, hasta en las condiciones de mayor desapego de la cultura respecto a la Iglesia, precisamente el arte continúa siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa. En cuanto búsqueda de la belleza, fruto de una imaginación que va más allá de lo cotidiano, es por naturaleza una especie de llamada al Misterio”
“Toda forma auténtica de arte es, a su modo, una vía de acceso a la realidad más profunda del hombre y del mundo”
Sé que no todos estamos llamados a apreciar todo el arte en su totalidad, yo mismo reconozco que no sé apreciar un buen poema, o me aburro al ver un número de danza; sin embargo, estoy convencido de que cada uno de nosotros estamos capacitados para apreciar algún tipo de arte, ya sea la música, la literatura, el teatro, el cine, el baile, la escultura, o cualquier otro que se les pueda ocurrir.
Y también estoy convencido de que ese tipo de arte que tú puedes apreciar, o incluso en algunos casos, que puedes realizar (de seguro hay más de un artista leyendo o escuchando esto), puede ser utilizado como un conducto de conversión para tu alma y la de quienes estén alrededor de ti.
Y es por eso por lo que, esta película me encanta, porque aún sin ser una gran obra de arte (valga la ironía), es una película que nos puede ayudar a sensibilizarnos sobre la importancia de defender lo bello en este mundo, todo aquello que pueda ser conducto de conversión para los demás.
Así como los personajes de la película estuvieron dispuestos a dar sus vidas para cuidar el patrimonio artístico y lo que éste implica, así me encantaría ver a los jóvenes creyentes defendiendo lo bello de este mundo aun cuando esto implique poner en riesgo su popularidad o una que otra amistad.
¿A qué me refiero?
A no dejarnos llevar por aceptar contenidos “artísticos” que pueden atacar nuestra dignidad.
Series de televisión, canciones, películas, libros que fomentan la violencia, el libertinaje sexual, la degradación de la mujer, el menosprecio por la masculinidad, la desvaloración por la familia, o tantas otras cosas que dañan nuestra sociedad.
Es casi seguro que no nos tocará ir a un conflicto bélico con la misión de defender el arte, pero sí estamos en medio de una guerra cultural en la que debemos pararnos firmes ante este tipo de “arte” que, en vez de sensibilizarnos ante las realidades trascendentes, nos intenta anclar a una realidad intrascendente y desprovista de valores.
No nos tocará vernos en medio de un tiroteo para evitar que se roben una escultura de mármol, pero sí podremos vernos en medio de un grupo de amigos que escuchan canciones que denigran a la mujer, o que quieren ver una película que fomenta la idea de ver a las mujeres como meros objetos; esa es nuestra guerra, es ahí donde nosotros, como creyentes, debemos levantarnos y defender “lo bello” y “lo bueno” de este mundo.
Y al igual que le pasó al escuadrón de los “Monument Men”, tampoco para ti va a ser fácil llevar a cabo esta misión, no será bien acogida entre los demás, incluso les parecerá una tontería sin sentido, pero créeme, es una lucha que vale completamente cada pequeño esfuerzo que se haga para lograr nuestro objetivo.
Es una película que te recomiendo para un fin de semana relajado; tiene sus buenos momentos de risa y otros que te estremecen el corazón, pero se mantiene en un modo equilibrado, justo para pasártela muy a gusto.
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