1916: El nacimiento de una nación y de un movimiento misionero irlandés

Compromiso con Cristo

Estás loco por intentar organizar una sociedad misionera extranjera mientras Irlanda está en medio de una Guerra Mundial, fue la advertencia que recibió el Padre Edward Galvin, después de trabajar cuatro años en China. Él y el Padre John Blowick, un muy joven profesor de teología en el seminario nacional de Irlanda en Maynooth, estaban trabajando juntos para ese mismo propósito en ese verano y otoño hace cien años. Impulsados por la necesidad que sentían por los sacerdotes misioneros en China, contaron con el favor de Dios e ignoraron las voces de precaución.

Despertando una conciencia misionera

El 10 de octubre de 1916, los obispos de Irlanda dieron permiso a los fundadores de la Misión Maynooth en China (más tarde conocida como la Sociedad Misionera de San Columbano) para comenzar a reclutar y recaudar dinero para enviar misioneros irlandeses a China. Los Padres Galvin y Blowick lanzaron una revista misionera mensual, “The Far East,” en Irlanda en 1918 para obtener el apoyo de los católicos de Irlanda para esta nueva Sociedad y sus actividades. Hubo indicadores tempranos de éxito. “The Far East” tenía una circulación de 45,000 en 1919. En 1921, los sacerdotes voluntarios eran 50 y los seminaristas 88, y se habían recaudado más de 150,000 libras del pueblo de Irlanda para la misión. El historiador de la Iglesia, Colm Cooke, comenta que “Para el despertar de la conciencia misionera a nivel nacional y un compromiso creciente por parte de la iglesia irlandesa a las misiones, la base de la Misión Maynooth en China fue de suma importancia.” En los 21 años después de su fundación, otras cuatro sociedades completamente misioneras se formaron en Irlanda para trabajar en África y Asia. En 1976 había 5.803 misioneros irlandeses trabajando en África, Asia y Sudamérica y al menos otros 5.000 sacerdotes irlandeses y religiosos en las iglesias de habla inglesa. El movimiento misionero en la Iglesia Católica en Irlanda se desarrolló fenomenalmente en el siglo XX.

Nacionalismo y fervor misionero

Los primeros misioneros Columbanos se inspiraron en el sacrificio de los líderes del levantamiento de 1916. P. John Heneghan estaba tan conmovido después de escuchar las confesiones de los Voluntarios de Tuam que iban en camino para unirse al levantamiento que le dijo a un amigo con lágrimas en sus ojos: “Si estos valientes muchachos están listos para morir por Irlanda, yo, un sacerdote, debería estar listo para morir por Cristo”. Heneghan se unió a la nueva misión en cuanto comenzó seis meses después.

La Misión Maynooth a China evitó tomar un lado públicamente en la política nacionalista del día mientras solicitaba fondos en sus parroquias. Pero el Padre John Blowick dice: “Creo firmemente que el levantamiento de 1916 ayudó indirectamente a nuestro trabajo. Sé con certeza que muchos de los jóvenes del país habían sido despertados en un estado de heroísmo y celo por el levantamiento de 1916 y por la manera en que los líderes encontraron su muerte. Puedo afirmar esto por experiencia personal. Y, en consecuencia, cuando transmitimos nuestro mensaje a los jóvenes del país, el mensaje cayó en tierra fértil ya que estaban mucho mejor preparados para recibirlo.

Auto-sacrificio por la Fe

El 24 de agosto de 1920, el día después que el primer grupo de misioneros Columbanos, dirigido por el Padre Edward Galvin llegó a Hanyang, su hermano, Michael, murió en la emboscada de un contingente del ejército británico en el sur de Irlanda. La edición de junio de 1921 de la revista “The Far East” publicó una historia titulada “Por Dios y el país”, que describe cómo una viuda pobre deseaba y rezaba “para que su pequeño hijo James fuera sacerdote y que Johnny, como un verdadero hijo, ayudara en la resurrección de su país “. Johnny adoptó el ideal patriótico, pero la historia le dio prominencia a James, quien se ofreció voluntario para formar parte de la primera banda de sacerdotes misioneros que partieron para China. La nobleza y el romance del auto sacrificio por la fe y la patria fueron incorporados y afirmados por los primeros miembros de la Misión Maynooth en China, pero se dio primacía a la fe. El espíritu de nacionalismo que arrasó Irlanda desde 1916 en adelante los inspiró a un fervor similar al ofrecerse al ideal espiritual del compromiso misionero por Cristo y la Iglesia.

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