Cuando los niños claman

Los católicos alrededor del mundo no podrían haberse imaginado que el Cardenal y obispo de la Iglesia Católica, George Pell, una persona cercana y de confianza del Papa, seria condenado en una corte civil por abuso sexual contra dos monaguillos de 13 años. Era el tesorero del Banco del Vaticano. 

La condena fue declarada en Australia el pasado diciembre. Recientemente, la corte ha hecho pública la convicción debido a la existencia de otro caso histórico de un alegado abuso sexual contra un niño del cual Pell también fue culpable y por el encubrimiento de crímenes similares de sacerdotes en su diócesis. Este caso fue retirado recientemente y el veredicto contra el Cardenal podría ser revelado. El Cardenal ya ha tenido su fianza retirada y está detenido esperando recibir su sentencia. Lo consideran inocente hasta que termine la apelación. 

Constantemente ha dicho ser inocente y niega haber abusado sexualmente a los dos niños. Un jurado, sin embargo, lo ha encontrado culpable sin duda alguna. El Papa Francisco ha ordenado que el Cardenal sea removido de todos sus ministerios públicos y que nunca tenga contacto con niños. 

Cuando uno de los prelados de alto rango de la Iglesia ha sido condenado y encarcelado por abuso sexual contra menores, no podemos olvidarlo o enterrarlo en nuestra memoria. La herida del abuso aún es muy real para miles de víctimas alrededor del mundo. Es un mensaje poderoso para que la jerarquía de la Iglesia entregue a todos los sospechosos de abuso de menores a las autoridades civiles y ayude a las víctimas.

El dolor continúa con las victimas toda su vida a menos que se desahoguen en terapia y se borre de los rincones más profundos de la personalidad de las personas. “Como muchos sobrevivientes, yo he experimentado vergüenza, soledad, depresión y dificultades. Me ha tomado años entender el impacto en mi vida,” la víctima de Pell dijo en una declaración mediante su abogada Vivian Waller. “El proceso ha sido estresante y aún no termina. Necesito tiempo y espacio para sobrellevar el proceso legal.”

Las victimas rara vez han encontrado un foro donde puedan hablar libremente o levantar una querella. El Papa dijo que ellos “escuchan el clamor de las victimas pidiendo justicia,” pero ¿qué acciones se han tomado para obtener justicia para los niños? Ellos sufren enormemente y si alguien lo duda y quiere oír el clamor de las víctimas, oprima este enlace para ver un corto video (o vea video arriba) de una víctima expresando sus emociones. Esta es la habitación de terapia de la Fundación Preda donde pueden expresar su coraje, odio y dolor contra sus abusadores y golpear cojines como si fueran sus abusadores. https://www.youtube.com/watch?v=EQTCZxQXFEE

El abuso contra menores ha sido negado, ignorado y suprimido por siglos – ni se mencionaba en público antes de los 1970. El niño era culpado por causar el abuso y obligado a hacer silencio mediante amenazas y temor. Pero la mayoría no podían suprimirlo, siempre salía a luz, afectando sus vidas, sus estudios, carreras, matrimonios o relaciones.

Una de las dos víctimas en el caso contra el Cardenal George Pell murió de una sobredosis en 2014. Estaba tan herido que su necesidad por usar calmantes lo agobió y lo llevó a una muerte temprana. El abuso pudo haber sido la causa de esta tragedia. La condena de George Pell podrá lograr que el Vaticano cree una ley de cero-tolerancia hacia este tema, algo demandado por víctimas y sobrevivientes. Estos sobrevivientes estaban molestos cuando en la reunión sobre abuso de menores el Vaticano no aludió al tema.

La reunión histórica en Roma, convocada por el Papa para hablar sobre la crisis en la Iglesia, comenzó cuando el Papa dijo “oímos el clamor de los pequeños pidiendo justicia.” ¿Pero lo han escuchado los prelados? ¿Los obispos, hombres mayores que guardan silencio ante el proceso judicial, recuerdan aquellos momentos cuando transfieren a un sacerdote que violó a menores a otra parroquia o país para cubrir el crimen y permitirles continuar? ¿Temen ser responsables por el crimen ahora que la corte ha condenado a uno de los suyos? Fueron las mujeres abiertas, las hermanas religiosas y las victimas quienes tuvieron pasión en sus declaraciones en la reunión.

Esperamos que la condena del Cardenal lleve el mensaje de que nadie está por encima de la justicia y todos deben hacerse responsables y responder a la evidencia. Esperamos que los obispos de las Filipinas refieran a las víctimas a los centros de terapia para que puedan sanar.

Estos son los líderes de la Iglesia. Muchos creen en la Iglesia y sus enseñanzas, pero la crisis de abuso de menores ha disminuido la autoridad y credibilidad de la institución. La mayoría de los católicos tienen que examinar lo que creen.

Esperamos que vean que no es la institución, sino Jesús, en quien deben poner su fe y esperanza. Su fe debe estar en sus valores de vida y enseñanzas de justicia social, cuidado de los pobres, verdad, integridad, consciencia, libertad, derechos humanos, dignidad e igualdad para todos.

Recordarán las palabras de Mateo 18:1-8, que lo más importante son los niños y los abusadores deben cumplir su condena. Esperemos que George Pell se arrepienta de sus pecados y cumpla su condena en la cárcel.