Nunca antes se me había hecho tan difícil escribir unas líneas sobre una situación dada o enviar algunas fotos. La nación está adormecida, abrumada como si hubiese sufrido una guerra y así también nosotros. La situación nos ha afectado emocionalmente y al igual que la nación estamos un tanto paralizados, llorando por dentro e incapaz de levantarnos y pasar a la acción.
En el Año Santo de la Misericordia, el Grupo de las Islas Fiji fue visitado el pasado sábado y domingo 20 y 21 de febrero 2016 con el ciclón tropical Winston y no tuvo piedad de nosotros en absoluto. Éste hizo estragos en toda esta pequeña nación insular que se compone de alrededor de 300 islas, de las cuales un centenar de ellas están deshabitadas. Hay dos islas principales del grupo de Viti Levu y Vanua Levu y Winston vino desde el este hacia el oeste entre las dos islas principales destruyendo todo a su paso, con vientos promedio de 250 kilómetros por hora y con rachas a 325 km por hora. Fue un ciclón de categoría 5 nunca antes experimentado en Fiji y los vientos han sido los más fuertes registrados en el hemisferio sur. Por lo tanto todas las islas en Lomaiviti (Fiji medio) recibieron la peor parte de la furia de Winston, destruyendo hogares y recursos para la vida de miles de personas y dejaron a muchos fijianos sin servicios públicos, sin telecomunicaciones y sin servicios médicos.
El ciclón nos había pasado cerca unos 10 días antes, pero hizo una vuelta en U tomando velocidad y fuerza. Así que, básicamente, teníamos una buena advertencia de que un ciclón grave estaba en camino, pero mucha gente dejó para el último momento el asegurar sus casas y propiedades y prepararse para evacuar. El Gobierno de Fiji actuó con prontitud la mañana del sábado al imponer un toque de queda en las principales ciudades y pueblos desde la noche del sábado hasta el lunes por la mañana - esto seguramente habría salvado a muchas personas de ser electrocutadas por los cables eléctricos y los postes que quedaron esparcidos por las ciudades y pueblos.
La única parroquia columbana que fue gravemente afectada fue la de Ba, donde el P. Nilton Iman, sacerdote asociado de Perú es el párroco, asistido por el P. Juan Lee, asociado de Corea. Las tres escuelas de la parroquia han sido muy dañadas. La escuela Santa Teresa en Ba ha perdido cerca de 4 o 5 salones de clase, incluyendo la sala con el equipo tecnológico y las computadoras. El presbiterio de la iglesia también perdió la mayor parte de sus ventanas y persianas. El salón parroquial fue utilizado como un centro de evacuación, donde se refugiaron varias familias. Los árboles fueron arrancados de raíz en todo el complejo parroquial y uno de los árboles cayó sobre el techo de la casa laicos misioneros. El dormitorio de los niños y algunas salas de clase en la escuela católica fueron totalmente destruidos. Los niños de la residencia están ahora alojados en la iglesia. El nuevo salón de dos pisos en Votua (construido recientemente con ayuda japonesa) también perdió el techo. Este edificio escolar se utiliza como centro de evacuación para los aldeanos de Votua en momentos como este y en tiempos de inundaciones, lo cual ocurre a menudo en Votua cuando el río Ba se desborda. La Iglesia de San Columbano en Votua fue gravemente dañada. La ciudad en sí está destruida - con cerca de 6/8 enormes escuelas secundarias que se han quedado sin techos. Es un espectáculo muy triste ver a todos estos edificios sólo con algunas paredes restantes. El principal estadio deportivo en la ciudad 'Govind Park también cayó preso de la furia de Winston. La experiencia debe haber sido horrible y aterradora para los Padres Nilton y Juan, ya que fue su primera experiencia de un ciclón tropical. Para hacer las cosas peores, todas las comunicaciones con Ba y en cualquier otro sitio en Fiji fueron cortadas. No pudimos contactarnos con ellos ni con muchas otras personas que viven en Suva.
Resumen: Winston se ha cobrado 42 vidas hasta el momento. Un total de 19,294 personas buscaron refugio en 253 centros de evacuación a través de la División Oeste. 8867 personas fueron situadas en 83 centros de evacuación en Ra y Rakiraki.
La comunidad internacional está respondiendo de forma rápida y generosamente con la promesa de dinero, alimentos, ayuda de todo tipo, Nueva Zelanda y Australia fueron los primeros en comprometerse el envío de paquetes de supervivencia, el uso de aviones y helicópteros. Japón y la India se han unido a los esfuerzos y se espera que también lo haga China, Gran Bretaña y los EE.UU. Parte de la ayuda es canalizada a través de la Cruz Roja. Por supuesto, las Iglesias también están todas involucradas. Todos estamos junto con las personas que sufren tratando de ayudarles en todo lo que podemos.
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