Como Columbanos, somos agradecidos con Dios y con ustedes, nuestros benefactores, quienes nos han apoyado por tantos años. Tenemos una gran deuda con nuestros fundadores, el Obispo Edward Galvin y el padre John Blowick, por fundar la Sociedad. Desde el comienzo, esta nueva ventura capturó la imaginación de las personas en Irlanda, EEUU y en otras partes. Damos gracias por la lealtad de tantos Columbanos que han trabajado sin descansar en situaciones muy difíciles – algunos hasta han muerto –para poder compartir la Alegría del Evangelio.
Nuestro documento “Llamado a la Comunión” nos invita a ser discípulos misioneros de Jesús para sanar, reconciliar y construir puentes mediante el diálogo. Nuestras prioridades continúan siendo trabajar con los marginados, cuidar del Planeta y promover el dialogo interreligiosos. Esto lo estamos haciendo en Irlanda, un país que está pasando por unos cambios sociales muy rápidos mientras comunidades de “nuevos irlandeses” buscan integrarse y crear su hogar aquí. Como Columbanos, es nuestra misión construir comunidades de paz y reconciliación.
Hace unos años, un pequeño grupo de Columbanos nos mudamos al centro de la ciudad, nuestro enfoque era trabajar con los trabajadores emigrantes que llegaban a Irlanda como respuesta a la economía que en aquel entonces estaba experimentando un boom. Como suele ser el caso, la necesidad de trabajadores fue más de lo que podían manejar los sistemas de protección contra la explotación para asegurar que todos fueran tratados con dignidad y justicia.
Mientras muchos prosperaron y fueron bienvenidos, muchos tuvieron que trabajar empleos con largas horas, poca paga y condiciones pobres. El sistema de trabajo de aquel entonces le daba poder poco merecido a los jefes que utilizaban la amenaza de retirar sus permisos de trabajo y deportarlos para asegurarse que los empleados no demandaran sus derechos que los protegían bajo la ley. Muchos vienen de países en los cuales misioneros irlandeses tienen una larga historia de trabajo. Era solo natural que cuando surgieran problemas, ellos vinieran a nosotros, quienes entendíamos su vida y cultura.
Desde el 2012, el Centro Columbano, que está en el corazón de Dublín, ha compartido las prioridades Columbanas de justicia, cuidado de la creación y la promoción del diálogo interreligioso (JPIC). El Centro es un proyecto colaborativo para los misioneros Columbanos en Irlanda el cual es operado por Padres Columbanos, Hermanas Columbanas, misioneros laicos y empleados.
Nuestra ubicación cerca de la estación central de buses y la estación del tren, al lado de hostales y centros de recepción de refugiados, nos hace un puerto para muchos recién llegados que están ansioso por tomar sus primeros pasos en su nueva vida. Les ofrecemos una cálida bienvenida, clases de inglés básicas y los ayudamos a orientarse en su nueva situación.
Todos los que trabajamos aquí sabemos lo que se siente ser extranjeros en un país extraño gracias a nuestras misiones. Entendemos que se sienten aislados y frustrados ya que esto ocurre cuando intentas establecerte en una comunidad y cultura nueva, así que les ofrecemos ayuda práctica para que puedan integrarse a la sociedad irlandesa.
Mediante nuestras clases de inglés 4 veces en semana, emigrantes que vienen buscando empleo o refugiados que buscan comenzar nuevas vidas son bienvenidos. Nuestras clases conversacionales informales le dan una oportunidad de compartir sus historias mientras aprenden el lenguaje bajo la tutela de maestros voluntarios.
Nuestros estudiantes vienen de todas partes: desde Corea del Norte hasta Venezuela, de Siria a Camboya. Con esta diversidad, viene la diversidad religiosa. Cerca de nuestro centro hay una mequita, un ashram hindú, un centro budista y una iglesia india ortodoxa.
En Irlanda, la oportunidad para entablar un diálogo interreligioso es bastante nuevo. Hace 5 años, el Foro Interreligioso de la Ciudad de Dublín, el cual representa 7 creencias, fue establecida. El Centro Columbano está involucrado en el desarrollo de este Foro. Juntos, intentamos lidiar con retos comunes de vivir en la ciudad y saber cómo podemos mejorar nuestro entendimiento y apoyo mutuo.
El Foro se estableció para asegurarnos de que la diversidad fuera algo positivo y no divisivo. Organizamos un programa llamado “Fe en la ciudad” que une a miembros de diferentes creencias en sus distintos lugares de devoción para aprender sobre sus tradiciones, rezar juntos y experimentar su hospitalidad.
Provee un espacio donde los problemas comunes que intersectan la vida religiosa y la vida pública pueden ser discutidos y cualquier duda puede ser resuelta. Tiene eventos públicos anuales, como el día familiar interreligioso, que demuestra las buenas relaciones entre las diferentes comunidades. Miembros del foro se unen con temas como la crisis de refugiados.
Recientemente, junto con el Consejo de la Ciudad de Dublín y el alcalde de Dublín, el foro creó el Acta Interreligioso de la Ciudad de Dublín, el cual detalla claramente los valores compartidos de las tradiciones religiosas y su compromiso con la creación de una comunidad de respeto y aceptación mutuo al igual que el cuidado de otros. El Acta fue firmada por los líderes de las comunidades y ha comenzado ya el trabajo dentro de las comunidades locales y sus religiones para hacer del Acta una realidad.
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