Las redes sociales muchas veces son criticadas porque desvían la atención de nuestras amistades y familia, ofreciendo un mundo sin valores, sin integridad y sin moralidad. Nos molestamos con nuestros hijos porque se distraen demasiado y no se enfocan en lo importante. Pero, ¿qué pensarían si les digo que muchas veces ellos simplemente hacen lo mismo que nosotros hacemos? No me refiero al simple hecho de que nosotros también estamos adictos al teléfono (puede ser posible también), yo estoy hablando de algo mucho más importante y problemático pues no siempre es tan obvio verlo.
Cuando nuestros hijos se meten tanto en sus celulares, video juegos o cualquier tipo de tecnología y no le ponen atención a las cosas que son realmente importantes, básicamente es porque nosotros no les enseñamos a discernir. Muchas veces, nosotros no les enseñamos a ver que es realmente importante. Por ejemplo, si nuestros hijos no saben que Dios es el centro del hogar porque no ven a Dios en nuestras acciones, entonces ellos también tendrán problemas en aceptar a Dios en su corazón. Si no vamos a misa cada domingo, no podemos quejarnos de que ellos no quieran saber nada de Dios. Si les hablamos sobre la limpieza de su cuarto cuando nosotros tenemos sucio nuestro espíritu, entonces tu mensaje no les llegará. Si les decimos que no tomen drogas porque son adictivas y les pueden matar, pero nosotros estamos adictos a la telenovela y matamos a los demás con la lengua por medio del chisme, entonces ¿qué podemos esperar de ellos?
En mis años de trabajar en comunicaciones, redes sociales y en la evangelización, les puedo asegurar que en muchos casos, jóvenes que no muestran valores, integridad o moralidad en las redes sociales, simplemente es porque tampoco tienen nada de eso en su hogar.
Para aclararles este punto quisiera compartirles sobre la mejor red social del mundo… que es la familia.
La familia es la mejor red social, la original y la más antigua. Nuestros hijos aprenderán a usar las redes sociales en internet, basándose en como aprendieron a usar la red de la familia. Si papá gritaba o no escuchaba, es posible que los hijos muestren agresividad en el internet. Si había violencia en la red de la familia entonces es muy probable que los hijos sean igual de cobardes al atacar a cualquiera que no cumpla sus caprichos. Si en nuestra red de la familia los padres permitían que sus hijos les griten y les digan malas palabras, pues en-línea sus hijos serán de esos que se desahogan por todo. Si en la red social que es la familia papa y mama nunca mostraban afecto y cariño a sus hijos, es probable que sus hijos/hijas se tomen y compartan fotografías sensuales.
Cierto que el internet y las redes sociales pueden tener sus puntos negativos, pero nunca olviden que lo que vemos en-línea es simplemente un reflejo de los problemas que ellos ven en su red de la familia o es un reflejo de lo que quisieran ver en su red de la familia. Por eso es importante que nuestros hijos vean nuestra lucha por ser santos. Que ellos sepan que estamos luchando y trabajando mucho para darles lo mejor. Y cuando digo luchar y trabajar, no solamente me refiero al trabajo de cada día que nos da de comer, hablo sobre esa lucha espiritual, ese trabajo de enfrentar nuestra soberbia y saber pedirles disculpas cuando les fallamos. Hablo de ese trabajo que es muy difícil para nosotros hacer porque nuestros padres no lo hicieron. Hablar con nuestros hijos y decirles honestamente “perdóname hijo porque no soy muy cariñoso, me cuesta mostrar amor porque nunca supe lo que es ser amado por mis padres”. Créanme que ellos entenderán, y más cuando vean que no solo lo dices como excusa para no hacerlo, sino que ellos vean que estas cambiando y les estas mostrando amor.
Es necesario enseñarles a nuestros hijos a quebrar las cadenas de las malas costumbres (pecado) por medio de nuestro ejemplo. Ellos no esperan que seamos padres perfectos. Ellos solo quieren saber que luchas por ellos de una manera única y particular. Es decir, solo decir que trabajas 12 horas al día a veces no es necesario decir porque entonces dirán que nunca estas en casa y cuando estas solo te la pasas gritándoles. Ellos necesitan ver una lucha y un trabajo espiritual para que ellos sepan que lo más importante en la vida es el amor de la familia y no solamente lo material. Debemos hacer claro y transparente el amor de esta red familiar que a pesar de nuestras fallas siempre estará ahí. Que en esta red familiar no es permitido eliminar amistades, bloquearnos por berrinche ni dejarnos de hablar. Deben ver que en nuestra red familiar nunca se habla mal de nadie de nuestra propia red... no hablamos mal de mamá ni papá a sus espaldas y tampoco comparamos a nuestros hijos con nadie más. Si ellos aprenden a manejar nuestra red familiar de una manera íntegra, honesta, con valor y mostramos vivir la moralidad que predicamos, entonces nuestros hijos sabrán manejar mejor las otras redes menos importantes del internet.
Facebook, Twitter, Instagram y todas las demás redes sociales del internet un día terminarán, pero la red de la familia nunca se acabará, por eso debemos enfocarnos en enseñar a nuestros hijos a usar esta red que Dios creó para que nosotros podamos encontrarnos con Él.
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