El Sábado, 07 de junio 2014, terminamos casi seis meses de trabajo en la construcción de una nueva capilla llamada Nuestra Señora del Pilar en una zona muy pobre de nuestra parroquia Columbana de los Santos Arcángeles llamada Cerro Candela. El nombre de la capilla se debe a la presencia de una hermana misionera española llamada Pilar que trabajó en esta área hace 40 años cuando era sólo tierras de cultivo y parte de una gran hacienda. La Hermana Pilar aparentemente dio su nombre a la capilla. Sin embargo, también hay una devoción a la Virgen en Zaragoza, España, que se originó a partir de varias apariciones de la Virgen María al apóstol Santiago en el siglo primero para fortalecerlo cuando se enfrentaba a una fuerte oposición de la población autóctona española al mensaje cristiano. Esta idea de la Virgen María que aparece en uno de los pilares puede parecer un poco extraña, pero ha habido varios datos reportados en la historia de que la Virgen apareció a diferentes grupos de personas, incluyendo a musulmanes.
Comenzamos a trabajar en la reconstrucción de la nueva capilla el 31 de diciembre de 2013, pero primero tuvimos que demoler el viejo edificio ya que había sido mal construido y podría derrumbarse en un terremoto matando a la gente en el interior. Desde que el edificio de la iglesia original nunca se había registrado, no pudimos obtener un permiso escrito para demoler el edificio, sólo un permiso verbal de la municipalidad local de San Martín de Porres, lo cual envió escalofríos a mi columna vertebral ya que la pared del vecino estaba mal construida y era muy posible que se cayese al derrumbar nosotros la de la capilla.
A pesar de mi constante preocupación por la pared del vecino, tuvimos buena suerte y nos las arreglamos para erigir los nuevos muros de la capilla y pusimos mejores bases, para mi gran alivio. Nuestra siguiente preocupación fue la de tener que lidiar con los grupos armados de extorsionistas que exigían empleáramos varios de sus hombres. Ellos esperaban pasar el rato y recibir un salario sin dar ni una apariencia de trabajo. Fue un peligro que no pudimos escapar. El "Cholo Jacinto", el líder de la banda y extorsionista que vive a dos cuadras de distancia de donde estábamos construyendo, ordenó desde la cárcel a sus gánsteres exigir el pago. Sin alguna forma de soborno nuestros trabajadores podrían ser heridos o fusilados o el trabajo destruido. Una vez más, por suerte nuestro constructor Julio Segura sabía cómo lidiar con los matones y logró convencerlos de que no teníamos mucho dinero y que debían dejarnos en paz.
Ahora hemos llegado a la etapa en la que vamos a verter el cemento para cubrir las vigas y el ladrillo colocado en el techo de la mitad más grande de la azotea. La gente del pueblo es muy pobre y tendrán que hacer las actividades para levantar fondos y acabar con la otra mitad más pequeña. El techo húmedo permanecerá encaramado sobre pilotes por un mes hasta que se seque y luego los fieles de Cerro Candela podrán volver a usar su capilla a principios de julio, aunque aún no esté todo terminado. Personalmente, estoy contento de que hemos sido capaces de llegar hasta aquí con los recursos que teníamos a nuestra disposición y me gustaría agradecer personalmente a todos nuestros benefactores que han hecho una contribución para la construcción de esta capilla y en la promoción de la fe en Cerro Candela en el parroquia de los Santos Arcángeles de Huandoy.
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