Misión: Promover en todos los ámbitos de la sociedad, con otros representantes sociales, la defensa y el respeto de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes para que puedan optar por una vida digna y ser agentes de cambio en el futuro.
Centro de Niños Santa Bernardita
La historia del Centro de Niños de Santa Bernardita comenzó con la llegada del padre Columbano Tony Coney a la parroquia de Los Santos Arcángeles en 1995. Durante esos primeros meses visitó con frecuencia la ladera pobre y estéril de Corn Hill para conocer a las personas y la realidad en la que vivían. Lo que más le impactó fueron las condiciones de vida de los niños y su vulnerabilidad posterior, que se convirtió en el impulso para la fundación del Centro.
El Centro fue inaugurado el 15 de febrero de 1997. Nuestro principal objetivo era proporcionar un entorno seguro y afectuoso para los niños del área inmediata, independientemente de su credo o raza. Ahí podán crecer y aprender a apreciarse a sí mismos y a los demás como miembros valiosos de la sociedad, mientras que al mismo tiempo puedan disfrutar de su infancia a través del juego y la participación en las numerosas actividades.
A lo largo de los años, hemos tenido que expandirnos considerablemente para acomodar la cantidad de niños y jóvenes que usan el Centro. Para responder a sus necesidades, esto ha incluido espacio de oficina adicional para nuestro “Escritorio de Defensa Infantil” que promueve la protección de los niños y sus derechos humanos, junto con la terapia del habla y el apoyo psicológico.
Hogar de Niños Santa Bernardita
Aunque el Centro de Niños se puede ver desde muy lejos, ya que está posado precariamente en lo alto de una ladera, es el sonido de los niños que juegan lo que da la primera idea del propósito del edificio. Subiendo por la empinada y polvorienta ladera, el sonido de los instrumentos musicales y los felices tonos de la risa aumentan. Al llegar a la cima de la colina, los niños pasan corriendo, todos se dirigen hacia el Centro, donde una cálida bienvenida saluda a todos los que entran. Aquí los niños experimentan la libertad de ser niños y, como resultado, pueden participar en las muchas actividades que se ofrecen: es su espacio.
Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con un niño o una niña que obviamente está solo y triste, que se mantiene a sí mismo y parece llevar las preocupaciones del mundo sobre sus pequeños hombros. De esta forma, hemos detectado muchos casos de niños maltratados, en la escuela y en el hogar, y sin nadie con quien hablar sobre sus problemas, se sienten cada vez más aislados y sin esperanza. A través de nuestro departamento de psicología, podemos ayudarlos a abrirse y compartir las dificultades que están experimentando.
De hecho, a lo largo de los años hemos descubierto que, a través de nuestro “Escritorio de Defensa Infantil”, los niños que sufren abusos sexuales se ven doblemente afectados por la ineficacia de las autoridades legales que parecen favorecer al agresor. El sistema de justicia, integrado por la policía, las autoridades médicas y judiciales, demora tanto en procesar los casos que frecuentemente el niño tiene que permanecer en la misma situación abusiva, sufriendo un mayor deterioro en la salud física, mental y social.
Motivado por esta difícil situación, se creó el Hogar de Niños de Santa Bernardita, donde se ofrecen cuidados residenciales temporales junto con la oportunidad de curar sus heridas a través de la intervención psicológica y mucho afecto.
La Escuelita Santa Bernardita
Si alguna vez hubo un oasis en esta área estéril y polvorienta de Lima, sería la Escuela de Remediación de Santa Bernardita, con sus jardines y animales de granja vagando libremente por los terrenos. Se parece más a un parque recreativo que a una escuela y por eso los niños que una vez odiaron la idea de ir a la escuela aman venir a vernos. Es una experiencia diferente que les permite disfrutar del trabajo y, por lo tanto, superar sus dificultades.
La idea surgió a través de nuestro trabajo con los niños que participan en el Centro de Niños, situado muy cerca, y observando las dificultades que tienen que enfrentar en sus vidas diarias, sobre todo la indiferencia ante el descuido que muchos de ellos sufren, que los deja por debajo del nivel de desarrollo normal para su edad. Por ejemplo, los niños que usan la biblioteca en el Centro tienen tareas que simplemente no comprenden y que se han quedado atrás en clase. Estos niños a menudo están durmiendo durante la clase ya que muchos tienen que trabajar por la noche vendiendo dulces en los autobuses o haciendo acrobacias en las calles para ganar algunos centavos, y no tienen energía para la escuela, mientras que otros sufren de una nutrición inadecuada.
Debido a este problema, muchos niños tienen que repetir un año y cuando esto sucede con frecuencia, no se les permite inscribirse el año siguiente, perdiendo así la oportunidad de obtener una educación. Decidimos tratar de ayudar a estos niños a superar sus dificultades emocionales y de aprendizaje mediante la puesta en marcha de un programa de estudio con un aporte psicológico en el centro.
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