Santos
Primera Lectura
Queridos hermanos: Tengan sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinense, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, les ensalce. Descarguen en él todo su agobio, que él se interesa por ustedes. Sean sobrios, estén alerta, que su enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistan firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que les ha llamado en Cristo a su eterna gloria, les restablecerá, les afianzará, les robustecerá. Suyo es el poder por los siglos. Amén.
Les he escrito esta breve carta por mano de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortarles y atestiguarles que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos en ella. Les saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo. Saludense entre ustedes con el beso del amor fraterno. Paz a todos ustedes, los cristianos.
Salmo
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad."
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos?
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.
Evangelio
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos."
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Comentarios