Acompáñanos, O Santa Madre

O Santísima Madre, hoy deseamos encomendarte el futuro que nos aguarda
y pedimos que estés con nosotros en el camino.
Somos los hombres y mujeres de un tiempo extraordinario,
emocionante, pero lleno de contradicciones.
La humanidad posee instrumentos de poder nunca antes vistos:
podemos hacer de este mundo un jardín
o reducirlo a una pila de escombros.
Hemos concebido la capacidad
para intervenir en las fuentes de vida:
el hombre puede usar esto para el bien o para el mal,
dentro de los límites de la ley moral
o puede sucumbir a la miopía del orgullo
de una ciencia que no acepta los limites
sino que aplasta el respeto que merece cada ser humano.
Hoy, como nunca antes,
la humanidad está frente a una encrucijada.
Y nuevamente, O Virgen Santísima,
la salvación está completa y únicamente en manos de Jesús, tu Hijo.