Ave María del Oro

Ave María, Lirio Blanco del Glorioso
y Trinidad siempre serena.
Ave Rosa resplandeciente del Jardín de las delicias celestiales:
O, tu, mediante quien ha querido nacer Dios
y mediante quien el Rey de los Cielos quería ser nutrido.
Nutre nuestras almas con efusiones de gracia divina.

Amén.