Amado Jesús,
la ayuda de los demás alivia las cargas que enfrentamos.
Sin embargo, a menudo fallamos en pedir ayuda
o, cuando se nos ofrece, somos reacios a aceptarla.
Sana el orgullo y la autoimagen
que obstaculizan la búsqueda y aceptación de ayuda.
Quizás con el tiempo, podamos convertirnos en dadores.
No nos hiciste para vivir solos.
Amén.
- Por un Misionero Columbano
la ayuda de los demás alivia las cargas que enfrentamos.
Sin embargo, a menudo fallamos en pedir ayuda
o, cuando se nos ofrece, somos reacios a aceptarla.
Sana el orgullo y la autoimagen
que obstaculizan la búsqueda y aceptación de ayuda.
Quizás con el tiempo, podamos convertirnos en dadores.
No nos hiciste para vivir solos.
Amén.
- Por un Misionero Columbano
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