Ayúdame, Jesús

Jesús, ayúdame.

Cuando otros me fallan
y solo Tu gracia puede asistirme,
Jesús, ayúdame.

Cuando me entrego a Tu tierno amor,
como mi Señor y Salvador,
Jesús, ayúdame.

Cuando mi corazón se siente abatido por el fracaso
al no ver ningún bien provenir de mis esfuerzos,
Jesús, ayúdame.

Cuando estoy enfermo y mi cabeza y manos no pueden trabajar
y me siento solo,
Jesús, ayúdame.

Siempre, a pesar del cansancio,
caídas y faltas de todo tipo,
Jesús, ayúdame y nunca me abandones.


Amén.