O bondad soberana de la soberana Providencia de mi Dios
Me abandono en Tus brazos por siempre.
Sea gentil o severo,
guíame de aquí en adelante;
No pensaré en la forma mediante la cual me guías
Sino que fijaré mis ojos en Ti,
mi Dios, quien me guía.
Mi alma no descansa si no es en los brazos
y el pecho de esta celestial Providencia,
mi verdadera Madre, mi fortaleza y mi fuerte.
Amen.
Me abandono en Tus brazos por siempre.
Sea gentil o severo,
guíame de aquí en adelante;
No pensaré en la forma mediante la cual me guías
Sino que fijaré mis ojos en Ti,
mi Dios, quien me guía.
Mi alma no descansa si no es en los brazos
y el pecho de esta celestial Providencia,
mi verdadera Madre, mi fortaleza y mi fuerte.
Amen.
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