Cada Día Te Pertenece

Cada día de mi vida Te pertenece,
Oh mi Dios, y cada acción de mi vida
debe realizarse con la intención pura
de honrarte solo a Ti.

Desde este momento las ofrezco
a Tu Sagrado Corazón, y por esta ofrenda,
las consagro sin reserva para Tu gloria.

¡Que motivación para realizar todas mis acciones
con la mayor perfección posible!

No les permitas, oh mi divino Salvador,
ser mancilladas por ningún motivo
indigno de Tu Sagrado Corazón.

Renuncio a todo lo que podría disminuir
el mérito de mi ofrenda.
Renuncio a la vanidad, amor propio y respeto humano.

Concede, oh mi Dios, que pueda comenzar,
continuar y finalizar este día en Tu gracia,
y únicamente por el puro motivo
de complacerte y honrarte.


Amén.