La Cruz de Cristo

María, Madre de Misericordia, vela sobre todas las personas,
para que la Cruz de Cristo no se vacíe de su poder,
para que el hombre no se desvíe del camino del bien
o se vuelva ciego al pecado, sino que ponga su esperanza
cada vez más plenamente en Dios que es rico en misericordia.

Que lleve a cabo las buenas obras preparadas por Dios
de antemano y así viva completamente para la alabanza de Su gloria.


Amén.