Dedicado a Ti, Oh Jesucristo

Permítenos, oh Jesús,
dedicarte cada miembro
de nuestra familia.

Acepta a cada uno de nosotros,
y que cada latido de nuestros corazones
sea un acto de amor por Ti.

Por el poder de Tu Sangre,
seamos fortalecidos
y sostenidos en nuestras dificultades diarias.

Que seamos un signo, los unos para los otros,
y para todos con quienes entramos en contacto,
de Tu vida en nosotros.

Bendice nuestros hogares, amado Jesús.

Bendice nuestras alegrías y sufrimientos.

Bendice cada momento de nuestras vidas
Y especialmente el momento de nuestra muerte.

Después de vivir para la gloria de Tu Sangre en la tierra,
que tengamos el gozo de alabarte
eternamente en el cielo.


Amén.