Defensor de la Fe

Querido San Hugo de Lincoln,
como Obispo y pastor de los fieles,
tus virtudes brillaron intensamente mientras trabajabas
por el honor de Dios y la salvación de las almas.

Para obtener la ayuda Divina en las muchas necesidades,
te refugiaste en la oración, el ayuno, y otras penitencias.

Cuando fuiste tentado, invocaste a la Santísima Virgen,
obteniendo fuerza, para que pudieras resistir las tentaciones.

Celebraste con devoción el sacrificio de la Misa,
que varias veces recibiste la gracia de ver al Señor
en la forma de un niño encantador, en la Santa Eucaristía.
San Hugo, defensor de la fe, preferirías mejo morir
que renunciar a tu vocación de servir.

Te pido hoy que intercedas ante Dios por mí,
para que pueda obtener las intenciones que busco.


Amén.