Dios mío, te amo,
no por el cielo que espero,
o por temor a perderme eternamente.
Tú, oh mi Jesús,
abrázame en la cruz;
llevaste los clavos y la lanza, y la desgracia.
e innumerables penas y tormentos
y sudor de agonía, aún la misma muerte,
y todo por uno que era Tu enemigo.
Entonces, ¿por qué, oh bendito Jesucristo
no debería amarte?
No por la esperanza de ganar el cielo,
o de escapar del infierno,
no por la esperanza de ganar nada,
pero porque Tú me has amado,
¡Oh Señor siempre amoroso!
Aun así, te amo, y te amaré
y cantaré Tus alabanzas,
únicamente porque Tú eres mi Dios
y mi rey eterno.
Amén.
no por el cielo que espero,
o por temor a perderme eternamente.
Tú, oh mi Jesús,
abrázame en la cruz;
llevaste los clavos y la lanza, y la desgracia.
e innumerables penas y tormentos
y sudor de agonía, aún la misma muerte,
y todo por uno que era Tu enemigo.
Entonces, ¿por qué, oh bendito Jesucristo
no debería amarte?
No por la esperanza de ganar el cielo,
o de escapar del infierno,
no por la esperanza de ganar nada,
pero porque Tú me has amado,
¡Oh Señor siempre amoroso!
Aun así, te amo, y te amaré
y cantaré Tus alabanzas,
únicamente porque Tú eres mi Dios
y mi rey eterno.
Amén.
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