Envuelve en tu misericordia, querida Madre

Santísima e inmaculada Virgen Maria,
Jesús encomendó a Sus discípulos a tu corazón maternal
y nos ha entregado a ti.

Te agradezco, O mujer más hermosa y noble,
que siempre me has amado como una madre,
y quiero proveer para ti, nuevamente, un lugar de honor en mi vida.

Obtén para mí de Jesús
el regalo de un nuevo comienzo y un nuevo corazón:
abierto y obediente a la Palabra del Señor,
simple como el de un niño,
valiente en el sacrificio,
un corazón casto, agradecido, compasivo,
un corazón como el tuyo, O María.

Envuelve en tu misericordia, querida Madre,
a todos mis seres queridos y todos los que claman por tu ayuda,

Amen.