Fiesta de San Cayetano de Thiene

Oh glorioso San Cayetano,
pasaste largar horas ayudando a los enfermos y trabajaste hasta el agotamiento
ayudando a las víctimas de las plagas que eran muy frecuentes en tu tiempo.

Cuidaste de los enfermos no solamente para curarlos,
sino para guiarlos a una muerte feliz.

Deseabas sus almas, no sus cuerpos.
Ayúdanos a entender que necesitamos prepararnos para una muerte feliz.
Que veamos también que la enfermedad más terrible es lo pecaminoso,
y siempre tenemos que examinarnos por los pecados que cometemos diariamente.

Inspíranos a tener corazones arrepentidos
que siempre estemos preparados a encontrarnos con el Señor.

Amén.