Gracias, Amado Señor

Desde lo profundo de mi corazón
te agradezco, amado Señor, por Tu
infinita bondad al venir a mí.

¡Cuán bueno eres conmigo!

Con tu santísima Madre y todos los ángeles
alabo Tu misericordia y generosidad para conmigo,
un pobre pecador.

Te agradezco por nutrir mi alma
con Tu Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre.

Trataré de mostrarte mi gratitud
en el Sacramento de Tu amor,
obedeciendo a Tus santos mandamientos,
con la fidelidad en mis deberes,
por la bondad con mi prójimo
y por un esfuerzo serio
de llegar a ser más como Tú en mi conducta diaria.


Amén.