Has Marcado Nuestro Rumbo

Frágil es nuestra nave,
y el océano es ancho,
pero como en Tu misericordia

Tú has marcado nuestro rumbo,
así que dirige nuestra nave de la vida
hacia la orilla eterna de la paz,
y llévanos por fin al refugio tranquilo
del deseo de nuestro corazón,
donde Tú, oh Dios, eres bendecido,
y vives y reinas por los siglos de los siglos.


Amén.