Hazme Humilde

Oh María, Madre de Misericordia,
ruega a tu Divino Hijo por mí, un pobre pecador,
suplícale me haga humilde.
oh, qué humilde eres, la más pura de las Vírgenes;
mi mediadora poderosa;

¡oh la más santa entre los hijos de Adán,
que eres la exaltada Madre de Dios!

He aquí, mi amada Madre celestial,
con cuánto gusto me dedicaría a tu Divino Hijo,
para que su voluntad sea también la mía.

Pero mi orgullo, mi autoestima, mi vanidad,
están siempre en mi contra.

María, Refugio de los Pecadores,
te suplico que me concedas humildad.

¡He aquí mis pruebas, mis combates en este valle de lágrimas!

Oh mi amadísima Madre.
si ser liberado de este cuerpo diera gloria a Dios,
con cuánto gusto no daría mi vida.


Amén.