Inmaculada Virgen de Lourdes

Inmaculada Virgen de Lourdes,
en cumplimiento con tu amorosa invitación,
nos arrodillamos ante ti en la humilde gruta
donde te apareciste para señalar el camino de oración
y penitencia a los que se habían extraviado
y para distribuir a los que están muy acosados
por amarga angustia las gracias y maravillas
de tu generosidad real.

Acepta, Reina compasiva,
las alabanzas y oraciones
que todos los pueblos y personas
te dirigen con confianza.


Amén.