Líbrame Jesús

Líbrame, Jesús,
del demonio del orgullo,
la impureza, discordia, y complacencia.

Líbrame de los cuidados y preocupaciones
de la vida para que con un corazón puro
y una mente libre pueda pasar mi vida con alegría
y dedicar todo lo que soy
y todo lo que tengo
en Tu servicio, mi Señor Eucarístico.


Amén.