Madre de la humanidad

Madre del redentor,
con gran alegría bendigo tu nombre.
Para llevar a cabo Su plan de salvación,
El Padre te eligió de todas las mujeres.
Creíste en Su amor y obedeciste Su palabra.
El Hijo de Dios Te eligió como Su madre
cuando Se hizo hombre para salvar a la humanidad.
Lo recibiste con obediencia y corazón abierto.
El Espíritu Santo te amó como Su esposa
y te llenó con regalos únicos.
Te dejaste conducir
por Su acción poderosa.
Te encomendamos la Iglesia
que te reconoce e invoca como madre.
A ti, madre de la humanidad y las naciones,
te encomendamos la humanidad entera
con sus esperanzas y temores.
No permitas que falte la luz de la sabiduría
que conduce los pasos de la paz.
Permite que todos conocen a Cristo,
el camino, la verdad y la vida.
Susténtanos, O Virgen María, en nuestro camino de fe
y obtén para nosotros la gracia de la salvación.
O clemente, o amorosa, O dulce Madre de Dios
y madre nuestra, María.

Amen.