María Auxiliadora

Santísima e Inmaculada Virgen,
Auxilio de los Cristianos, nos ponemos
bajo tu protección maternal.

A través de la historia de la Iglesia
tú has ayudado a los cristianos en tiempos de prueba,
tentación y peligro.

Una y otra vez, has demostrado
ser el Refugio de los pecadores,
la esperanza de los desesperanzados,
la Consoladora de los afligidos,
y la consoladora de los moribundos.

Te prometemos ser fieles discípulos
de Jesucristo, tu Hijo,
proclamar Su Buena Nueva del amor de Dios
a todas las personas, y trabajar por la paz
y la justicia en nuestro mundo.

Con fe en tu intercesión,
te pedimos por la Iglesia,
por nuestra familia y amigos,
por los pobres y abandonados,
y por todos los moribundos.

Concede, oh, María, Auxilio de los Cristianos,
las gracias de las que tenemos necesidad.

Que sirvamos a Jesús con fidelidad y amor hasta la muerte.

Ayúdanos a nosotros y a nuestros seres amados
para poder alcanzar la alegría ilimitada de estar para siempre
con nuestro Padre en el cielo.


Amén.