Me Pongo en Tus Manos

Padre, te pertenezco.

Me pongo de nuevo en Tus manos
y te reconozco como Maestro
y Señor de mi vida.

Concédeme el don de un corazón perdonador
y límpiame de cualquier enojo,
hostilidad o revancha.

Sana mis dolencias y heridas
y enséñame a confiar en Tu amor.

Concédeme la sabiduría de corazón
y fortaléceme con Tu gracia
para continuar en la fe, en la confianza y en el amor.

Gracias, Señor, por Tu amor en mi vida.


Amén.