Nuestra Señora de Kazán

Nuestra Señora de Kazán, sanadora de enfermedades oculares
y dadora de iluminación tú diste a luz al Salvador
quién él mismo dio la vista al ciego
y derramó luz en la oscuridad,
y por eso te pedimos que nos mires con gran piedad.

Aun cuando nuestra visión se está desvaneciendo,
vemos claramente que obras maravillas
para los que aman a tu Hijo Redentor
y que se apresura a la abundancia de tu cuidado maternal.

Nosotros, por lo tanto, lloramos en voz alta con la confianza en tu compasión
para aquellos que están afligidos con enfermedades de la vista.


Amén.