Nuestra Señora del Rosario

Nuestra Señora del Rosario de Fátima,
que la verdadera devoción a tu Rosario
se extienda rápidamente por todo el mundo.

Que aprendamos a amar esas pequeñas cuentas.
En cada prueba y dolor, siempre han sido
una consolación para todos los que confiamos en ti.

Nuestro días gozosos son más felices
cuando puedes compartir las cosas que causan deleite.

Que tu Rosario, oh María mi Madre,
sea siempre mi fuerza en la debilidad,
mi paz en la aflicción,
mi consuelo en los días de duda,
mi valor en el tiempo de prueba,
la consolación en todos mis días a lo largo de toda mi vida.

Que sea la influencia estabilizadora que necesito
cuando encuentre el éxito y el apoyo de mi alma
cuando el fracaso marca mis esfuerzos.

En todas las cosas, con confianza infantil pueda vivir mi vida,
en unión pacífica con los tuyos,
a través del feliz medio del rosario.


Amén.