Oh Adorable Señor

Oh Adorable Señor, en tres Personas distintas e iguales, un Dios,
que requiere el homenaje de nuestra razón
por la creencia en misterios que están por encima de nuestro entendimiento,
y de nuestra voluntad por la observancia de preceptos
que son mortificantes para nuestras inclinaciones naturales;

Danos Tu gracia para cumplir con este doble deber,
y concede que nunca opongamos
nuestro incierto razonamiento a Tu infalible verdad,
ni transgredir deliberadamente Tus santísimos mandamientos.

Por lo tanto, continuando hasta la muerte, en sujeción entera a Ti,
lleguemos por fin a disfrutar el claro y perfecto gozo de Ti.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.


Amén.