Oh Humilde Santa Margarita

Oh humilde Santa Margarita de Cortona,
cuando decidiste seguir a Jesús
embarcándote en una vida de penitencia,
tu padre y tu madrastra no te ayudaron
y todos tus familiares te abandonaron.

Pero tú no te desanimaste
y persististe en tu llamado
atrayendo la admiración de muchas personas,
incluyendo al mismo Papa.

Tus pecados te inspiraron a ser santa
por la humillación que recibiste.

Haznos creer que Dios puede escribir derecho
en renglones torcidos por nuestros pecados.

No nos permitas pensar en nuestros errores y pecados pasados.

Inspíranos a experimentar la misericordia de Dios
para que podamos mirar hacia adelante
a nuestro glorioso destino en el cielo.


Amén.