Amado San Damián,
en Hawái, trabajaste incansablemente
atendiendo a las necesidades físicas, médicas,
y espirituales de las personas que padecen
de la enfermedad de Hansen (lepra),
dándolo todo para hacer conocer a Cristo.
Te pedimos para que podamos valorar nuestra fe
tanto como tú.
Amén.
en Hawái, trabajaste incansablemente
atendiendo a las necesidades físicas, médicas,
y espirituales de las personas que padecen
de la enfermedad de Hansen (lepra),
dándolo todo para hacer conocer a Cristo.
Te pedimos para que podamos valorar nuestra fe
tanto como tú.
Amén.
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