Oración de Amor del Viernes Santo

Oh Jesús, no es la recompensa celestial
que has prometido la que me impulsa a amarte;
tampoco es la amenaza del infierno
la que me impide ofenderte.

Eres Tú, oh Señor, es la vista de Ti
fijado en la Cruz y sufriendo insultos;
es la vista de Tu cuerpo quebrantado,
así como Tus dolores y Tu muerte.

No hay nada que puedas darme
para amarte.
Porque, aunque no hubiera cielo ni infierno
¡Te amaría como lo hago!


Amén.