María, nuestra Madre,
el mundo entero te venera
como el altar más sagrado de Dios
porque de ti vino la salvación del mundo.
El Hijo de Dios quiso tomar forma en ti.
Has derrumbado el muro de odio,
la barrera entre el cielo y la tierra
construida por la desobediencia de Adán y Eva.
En ti el cielo y la tierra se encontraron
cuando lo divino y lo humano se convirtieron en uno,
El Dios Hombre.
Madre de Dios, te cantamos alabazas
pero debemos adorarte aún más.
Nuestras palabras son muy débiles para honorarte como debemos,
ninguna lengua tiene la elocuencia para expresar tu grandeza.
María, poderosa, santísima y merecedora del amor,
Tu nombre brinda nueva vida
en los corazones de esos devotos a ti.
Amen.
el mundo entero te venera
como el altar más sagrado de Dios
porque de ti vino la salvación del mundo.
El Hijo de Dios quiso tomar forma en ti.
Has derrumbado el muro de odio,
la barrera entre el cielo y la tierra
construida por la desobediencia de Adán y Eva.
En ti el cielo y la tierra se encontraron
cuando lo divino y lo humano se convirtieron en uno,
El Dios Hombre.
Madre de Dios, te cantamos alabazas
pero debemos adorarte aún más.
Nuestras palabras son muy débiles para honorarte como debemos,
ninguna lengua tiene la elocuencia para expresar tu grandeza.
María, poderosa, santísima y merecedora del amor,
Tu nombre brinda nueva vida
en los corazones de esos devotos a ti.
Amen.
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