San Jerónimo, a través de tu ira y confrontaciones
nos recuerdas que tenemos el deber
de desafiar a otros de vez en cuando.
También nos recuerdas que tenemos el deber
de examinarnos y confrontar
nuestras propias debilidades y comportamientos dañinos.
Tu vida nos enseña que debemos aceptar a los demás
por lo que son.
Nos enseñaste el peligro del fariseísmo;
de la importancia de reflexionar sobre
una de las enseñanzas más importantes de Jesús:
?El que esté libre de pecado en su conciencia
que tire la primera piedra?.
A la luz de tus enseñanzas, San Jerónimo,
ayúdame a ver mi propio yo con claridad.
Ayúdame a confrontar mis propios prejuicios
y actuar para cambiar a los demás sólo por amor.
Ayúdame a recordar que solo el amor
puede hacer cambios para bien.
Amén.
nos recuerdas que tenemos el deber
de desafiar a otros de vez en cuando.
También nos recuerdas que tenemos el deber
de examinarnos y confrontar
nuestras propias debilidades y comportamientos dañinos.
Tu vida nos enseña que debemos aceptar a los demás
por lo que son.
Nos enseñaste el peligro del fariseísmo;
de la importancia de reflexionar sobre
una de las enseñanzas más importantes de Jesús:
?El que esté libre de pecado en su conciencia
que tire la primera piedra?.
A la luz de tus enseñanzas, San Jerónimo,
ayúdame a ver mi propio yo con claridad.
Ayúdame a confrontar mis propios prejuicios
y actuar para cambiar a los demás sólo por amor.
Ayúdame a recordar que solo el amor
puede hacer cambios para bien.
Amén.
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