San Alfonso, tú eres el patrono especial
de todos los que sufren de artritis
y los dolores de muchos años.
Cuando nuestros dedos se retuercen de dolor,
mantennos enfocados en las manos de Cristo
perforadas con clavos.
Cuando nuestras rodillas, caderas, espaldas, codos, nudillos
y otras articulaciones duelen tanto que las lágrimas
brotan en nuestros ojos, ayúdanos a recordar las lágrimas,
el sudor y la sangre
que fluyeron de nuestro Jesús crucificado,
quien sufrió mucho más por cada uno de nosotros.
San Alfonso,
tú fuiste afligido con la curvatura de la columna
y confinado a una silla de ruedas en tus últimos años.
Enséñanos a unir todos nuestros dolores
con los sufrimientos de Jesús.
Por tu intercesión,
que nuestro dolor sea aliviado ? pero aún más,
que seamos uno con Jesús en su muerte
y resurrección por la redención del mundo.
Amén.
de todos los que sufren de artritis
y los dolores de muchos años.
Cuando nuestros dedos se retuercen de dolor,
mantennos enfocados en las manos de Cristo
perforadas con clavos.
Cuando nuestras rodillas, caderas, espaldas, codos, nudillos
y otras articulaciones duelen tanto que las lágrimas
brotan en nuestros ojos, ayúdanos a recordar las lágrimas,
el sudor y la sangre
que fluyeron de nuestro Jesús crucificado,
quien sufrió mucho más por cada uno de nosotros.
San Alfonso,
tú fuiste afligido con la curvatura de la columna
y confinado a una silla de ruedas en tus últimos años.
Enséñanos a unir todos nuestros dolores
con los sufrimientos de Jesús.
Por tu intercesión,
que nuestro dolor sea aliviado ? pero aún más,
que seamos uno con Jesús en su muerte
y resurrección por la redención del mundo.
Amén.
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