Oración de San Efrén

Oh Dios, Maestro de mi vida,
concede que no sea infectado
con el espíritu de pereza y cuestionamiento,
con el espíritu de ambición y hablar vanidoso.

Concede, en cambio, a Tu siervo,
el espíritu de pureza y humildad,
el espíritu de paciencia y amor al prójimo.

Oh Señor y Rey,
concédeme la gracia de ser consciente de mis pecados
y de no pensar mal de mis hermanos.

Porque eres bendecido, ahora y por siempre.


Amén.