Oración de San Francisco de Asís

Que todos sean estremecidos por el temor,
todo el mundo tiemble,
y los cielos se regocijen
cuando Cristo el Hijo del Dios vivo,
¡Está presente en el altar en las manos de un sacerdote!

¡Oh maravillosa nobleza
y estupenda dignidad!

¡Oh sublime humildad!

¡El Señor del universo
Dios y el Hijo de Dios,
se humilla, asimismo
y se esconde, asimismo
por nuestra salvación
bajo un ordinario pedazo de pan!

Vean la humidad de Dios, hermanos,
y derramen sus corazones ante Él.

Humíllense ustedes
para que sean exaltados por Él.

¡No se guarden nada para ustedes mismos,
para que Aquel que se entrega totalmente a ustedes
les pueda recibir totalmente!


Amén.