Oh Santísima Virgen María,
siempre presente ante la Santísima Trinidad,
a quien se concede en todo momento
orar por nosotros a tu Santísimo Hijo,
ora por todas mis necesidades.
Ayúdame, defiéndeme, agradece por mí,
y obtenme el perdón de
de todos mis pecados y fallas.
Ayúdame especialmente en mis últimas horas.
Entonces, cuando ya no pueda dar
ningún signo del uso de la razón,
dame el valor y protégeme
en contra de todos los espíritus malignos.
Amén.
siempre presente ante la Santísima Trinidad,
a quien se concede en todo momento
orar por nosotros a tu Santísimo Hijo,
ora por todas mis necesidades.
Ayúdame, defiéndeme, agradece por mí,
y obtenme el perdón de
de todos mis pecados y fallas.
Ayúdame especialmente en mis últimas horas.
Entonces, cuando ya no pueda dar
ningún signo del uso de la razón,
dame el valor y protégeme
en contra de todos los espíritus malignos.
Amén.
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