Oración de Santa Agustina Livia Pietrantoni

Cada día de mi vida te pertenece, oh mi Dios
y cada acción de mi vida
debe realizarse con la pura intención
de honrarte solo a Ti.

Desde este momento, las ofrezco a Tu Sagrado Corazón
y por este ofrecimiento,
las consagro sin reserva a Tu gloria.

¡Qué gran motivación para hacer
todas mis acciones con la mayor perfección posible!

No permitas, oh mi Divino Salvador,
sean mancilladas por motivos indignos de
Tu Sagrado Corazón.

Renuncio a toda vanidad,
amor propio, y respeto humano.

Concede, oh mi Dios, que pueda comenzar,
continue hasta el final de este día en Tu gracia
y únicamente por puro motivo
de complacerte y honrarte.


Amén.