Quédate conmigo, María

Jesús, mi Dios, déjame ir a María
cuando el sufrimiento amenaza con agobiarme.
Cuando tengo miedo y estoy tentando a rendirme,
pídele a Tu madre que se quede conmigo.
Déjame ver a María como mi modelo de amor
al igual que como mi albergue de sanación.
Asegúrate que sea considerado con los otros
y mira como ellos son afectados por su sufrimiento.
No soy el único.
Te imploro, Señor, que me ayudes a crecer en compasión.
Si soy fiel a Ti y cercano con Tu Santa Madre,
los que sufren se confortarán en mi presencia
y obtendrán valentía
cuando este a su lado, cerca de sus cruces.

Amén.