Te Ofrezco Mi Corazón

Virgen María, amorosísima Madre,
por favor dame un corazón como el tuyo,
firme en sus apegos y de lealtad inquebrantable,
un corazón afectuoso que irradia
una ternura discreta y está abierto,
un corazón puro que vive en la carne
sin ser agobiado por ella,

un corazón generoso, pronto en olvidar sus heridas
y siempre dispuesto a perdonar,
un corazón considerado que esconde mucho amor
en los más pequeños detalles, en los más humildes servicios,
un corazón magnánimo que se regocija con los triunfos de los demás
y comparte sus penas,

un corazón que no condena a ninguno,
y no se cansa de confiar,
un corazón tomado por Cristo,
totalmente entregado a su amor infinito.


Amén.