Tu Inmaculado Corazón

Reina del Santísimo Rosario,
en esta hora trágica de la historia del mundo,
confiamos y nos consagramos
a tu Inmaculado Corazón,
nuestro único refugio, nuestra esperanza, nuestra salvación.

Ten piedad de este mundo,
desgarrado por los conflictos más terribles,
ardiendo con los fuegos del odio,
víctima de sus propios pecados.

Que tu Corazón se conmueva
a la vista de tanta ruindad,
dolor y tristeza.


Amén.