Oh, María, tu nombre ha estado en mis labios
Y en mi corazón desde mi niñez.
Cuando era un niño
Aprendí a amarte como una Madre,
acudir a ti en el peligro,
y a confiar en tu intercesión.
Ves en mi corazón el deseo
de conocer la verdad,
practicar la virtud,
ser prudente y justo,
fuerte y paciente,
un hermano para todos.
Amén.
Y en mi corazón desde mi niñez.
Cuando era un niño
Aprendí a amarte como una Madre,
acudir a ti en el peligro,
y a confiar en tu intercesión.
Ves en mi corazón el deseo
de conocer la verdad,
practicar la virtud,
ser prudente y justo,
fuerte y paciente,
un hermano para todos.
Amén.
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