Ven, Oh Espíritu Divino

Ven, oh Espíritu Divino,
llena mi corazón con Tus frutos celestiales,
Tu caridad, gozo, paz, paciencia, bondad,
fe, mansedumbre, y templanza, para que
nunca me canse del servicio de Dios,
sino que mediante la continua sumisión fiel
a Tu inspiración, pueda merecer estar unido
eternamente contigo en el amor al Padre y al Hijo.


Amén.